Con motivo de la muerte del autor de Modernidad líquida,
explicamos cómo la filosofía de Bauman describe la forma de vida de la sociedad
actual.
Quién no ha pensado
alguna vez lo diferente que es la forma de pensar de sus padres o abuelos en
comparación con la suya. Han estado casi toda la vida con la misma persona, la misma con la
que se casaron cuando las fotos eran en blanco y negro. Han tenido el mismo trabajo desde
que salieron de la universidad con 23 años. Y conservan el reloj que les regaló
su padre cuando cumplieron los 18 años.
La vida líquida de Bauman rompe con las estructuras fijadas en el pasado
La filosofía de vida,
los valores y lo que se considera ético y moral ha cambiado
radicalmente en los últimos años, a causa de los cambios políticos y sociales
ocurridos a partir de la segunda mitad del siglo XX.
En el libro Modernidad
líquida, el sociólogo Zygmunt Bauman es capaz de explicar los fenómenos sociales
de la era moderna y qué es lo que nos diferencia de las generaciones anteriores. A
partir del año 2000, año de publicación de Modernidad líquida, el
filósofo polaco publica una serie de obras que resumen sus conceptos sobre la
realidad que nos rodea: Amor líquido (2003), Vida
líquida (2005) y Tiempos líquidos: vivir una época de
incertidumbre (2007).
La realidad líquida
de Bauman consiste en una ruptura con las instituciones y las
estructuras fijadas. En el pasado, la vida estaba diseñada específicamente para cada
persona, quien tenía que seguir los patrones establecidos para tomar decisiones
en su vida. En la modernidad, el filósofo polaco afirma que las personas ya han
conseguido desprenderse de los patrones y las estructuras, y que cada uno
crea su propio molde para determinar sus decisiones y forma de vida.
La sociedad actual se basa en el individualismo y en una forma de vida
cambiante y efímera
En la vida líquida según Bauman,
la sociedad se basa en el individualismo y se ha
convertido en algo temporal e inestable que carece de
aspectos sólidos. Todo lo que tenemos es cambiante y con fecha de caducidad, en comparación
con las estructuras fijas del pasado.
Muchas de las cosas
que explicó Bauman hace 17 años en su obra Modernidad líquida y
las que la siguieron se han convertido en una realidad en nuestros días. El
sociólogo logró explicar el funcionamiento de la sociedad actual y determinar
la relación de las nuevas generaciones con conceptos como el amor, el trabajo o
la educación.
El amor líquido en Tinder
Muy poco tienen que
ver las relaciones de nuestros abuelos con la nuestra. Miedo al compromiso, rollos de una
noche, desengaños amorosos... Para muchos jóvenes (y no tan jóvenes) este puede
ser el pan de cada día.
Para Zygmunt
Bauman, estas relaciones son las que dan nombre a su concepto de amor
líquido. Según su patrón, el miedo al compromiso y a las cosas a las que
hay que renunciar, como la libertad, son la razón
principal por la cual existe este miedo a comprometerse y a darlo
todo por una pareja.
La vida líquida es
una sucesión de nuevos comienzos con breves e indoloros finales
Las relaciones
amorosas acaban convirtiéndose en breves episodios, en los que priva
la búsqueda del beneficio personal. Cuando una pareja deja de ser rentable,
se deja de lado y se busca una nueva.
Ni más ni menos que
la filosofía de Tinder. Historias de amor para siempre han ocurrido gracias a la aplicación de
búsqueda de parejas, aunque la mayoría de usuarios desliza rostros en su
pantalla hasta encontrar el indicado para pasar la noche.
Ciudadanos del mundo
Si hay algo que no
queremos, son ataduras, ni el en amor ni en nuestra forma de vida.
En la era moderna,
es bastante común entre los jóvenes hacer un viaje de varios meses por América
Latina o el Sudeste Asiático, con el objetivo de romper con las
barreras y ser testigos de realidades distintas a las de su país de origen.
La realidad
líquida de Bauman describe precisamente este escenario, que invita
al movimiento, al flujo y a la búsqueda de nuevas experiencias, pero sin echar
raíces en ningún lugar. Son ciudadanos del mundo pero de ningún lugar al mismo
tiempo.
No más trabajos para toda la vida
Esta filosofía
basada en la búsqueda de nuevas experiencias y ser ciudadano de mundo también
se ve reflejada en el ámbito laboral dentro de las sociedad líquida.
Nuestros abuelos y
padres entraron a trabajar en una empresa cuando acabaron la universidad, y se
jubilaron en el mismo lugar 40 años después.
Las personas no quieren ataduras ni en el amor ni en el trabajo, según
Bauman
En la actualidad,
no existe el llamado trabajo de nuestra vida. Los empleos son
cambiantes y el mercado actual necesita renovaciones dentro de las
empresas cada poco tiempo.
Por otro lado,
Bauman identifica en sus obras la necesidad de cambio en los trabajadores, a
los que se les reclama cada día más volatilidad y capacidad de trabajo en
diferentes áreas.
Las empresas buscan
a personas volubles, con capacidad de reinventarse y que puedan
viajar a otra ciudad cuando sea necesario. Personas que lo den todo en el
trabajo aún sabiendo que pueden ser reemplazadas en cualquier momento si no cumplen
con las expectativas.
El reto de la educación en un mundo
líquido
"Aún debemos
aprender el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información. Y también
debemos aprender el aún mas difícil arte de preparar a las próximas
generaciones para vivir en semejante mundo".
La crisis económica que azotó las
instituciones financieras y las economías de medio mundo en 2008 cambió la
forma de pensar de muchos jóvenes.
Antes de la crisis,
la sociedad estaba convencida de que unos buenos estudios derivarían en buenas
oportunidades laborales. Pero a partir del 2008, todo se puso del revés. Los
que han conseguido trabajo, tienen que reinventarse cada poco tiempo y afrontar
nuevos retos constantemente. Otros muchos graduados están trabajando en
puestos por debajo de su formación, y muchos ni siquiera han accedido
al mercado laboral.
En el libro Sobre
la educación en un mundo líquido, Zygmunt Bauman conversa con el educador
Ricardo Mazzeo sobre la pérdida de credibilidad de las bases
de la educación tradicional, la cual se perfila como algo anticuado por no
proveer a los jóvenes las herramientas necesarias para encontrar un trabajo.
La era del consumismo
Los que se
compraron el iPhone 3G hace 10 años, se sintieron los
amos del mundo. Tenían en sus manos un producto único en el mercado en ese
momento, el cual marcó una diferencia en el uso de los smartphones.
En la era del consumismo, lo importante no es conservar objetos, sino
renovarlos constantemente
En la actualidad,
el que conserve un iPhone 3G no podrá ni hablar por WhatsApp. Más de 8 modelos
han actualizado la primera versión de los teléfonos de Apple.
La era consumista
que vivimos en la actualidad se basa en la ferviente necesidad de sacar nuevos
productos en el mercado que saciar las ansias de renovación de la
sociedad.
Los productos
duraderos ya no son importantes, en esta era priva lo efímero y lo nuevo
para sorprender a los compradores.
El consumismo no
gira en torno a la satisfacción de deseos, sino a la incitación del deseo de
deseos siempre nuevos
En esta realidad
líquida, lo importante no es conservar los objetos, sino renovarlos
constantemente para contentar el espíritu consumista.
La realidad líquida angustia a las personas porque no
carecen de nada fijo y duradero
La consecuencia principal
del mundo opuesto a lo sólido crea ansiedad en las
personas, según Bauman. La necesidad de reinventarse en el empleo provoca que
muchos trabajadores se queden atrás y que no cumplan con los
requisitos necesarios en la actualidad.
Además, la necesidad
de relacionarse choca frontalmente con la falta de compromiso y el miedo a
perder a la libertad. En la sociedad actual, no podemos aferrarnos a nada,
porque todo es cambiante y efímero. Todo es líquido, y la posibilidad
de perderlo todo es más que probable.
Zygmunt Bauman ha fallecido este lunes en su
domicilio de Inglaterra. Perdemos a uno de los filósofos y
sociólogos más importantes del siglo XX, pero conservamos sus obras para
intentar entender la complejidad de la sociedad actual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario